Índice
- 1 Qué es la diabetes tipo 1
- 2 Causas de la diabetes tipo 1
- 3 Síntomas de la diabetes tipo 1
- 4 Diferencia entre diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2
- 5 Complicaciones de la diabetes tipo 1
- 6 Diagnóstico de la diabetes tipo 1
- 7 Tratamiento para la diabetes tipo 1
- 8 Recomendaciones para la diabetes tipo 1
- 9 Consejos especiales
- 10 Tu opinión es importante
- 11 Fuentes
Qué es la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica comúnmente diagnosticada en niños y jóvenes. Durante algún tiempo se le conoció como diabetes juvenil. Solo el 5% de las personas con diabetes tienen esta forma de la enfermedad. Una función normal del cuerpo es descomponer los azúcares y los almidones que comes en un azúcar simple llamada glucosa. Esta es usada para obtener energía y así poder hacer nuestras actividades diarias.
El sistema inmunológico de una persona produce anticuerpos que destruyen las células betas de los islotes productores de insulina, en el páncreas. Este entonces no produce esta hormona y sin ella, los niveles de azúcar incrementan y no se puede administrar a los músculos y el cerebro, donde es necesaria. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre pueden conducir a varias complicaciones. Entre estas se encuentran daño en riñones, nervios y ojos, además de enfermedades cardiovasculares. Sumado a esto, las células no reciben la glucosa necesaria para tener energía y no funcionan de forma normal.
La insulina es una hormona que el cuerpo necesita para obtener glucosa del torrente sanguíneo y llevarla hacia las células del cuerpo. En la diabetes tipo 1, el cuerpo deja de producir insulina, pero con ciertos tratamientos, incluso niños pueden aprender a controlar la enfermedad. Esto les ayuda a vivir una vida larga y saludable.
Diferentes factores, incluyendo genética y algunos virus, pueden contribuir al desarrollo de diabetes tipo 1. Aunque esta enfermedad usualmente aparece durante la niñez o adolescencia, también puede desarrollarse en adultos. Si bien existe una investigación activa en este campo específico, este tipo de diabetes no tiene cura. El tratamiento se enfoca en controlar los niveles de azúcar en la sangre con insulina, dieta y estilo de vida para prevenir complicaciones y maximizar la calidad de vida.
Causas de la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es una condición autoinmune. Esto significa que el sistema inmunológico ataca tejidos saludables del cuerpo por error. En este caso, el sistema ataca a las células del páncreas. Una vez que este órgano se daña, es incapaz de producir insulina. Por esa razón, la glucosa no puede viajar del torrente sanguíneo a las células.
En ocasiones, la diabetes tipo 1 se hereda. Por lo tanto, la reacción autoinmune puede ser genética. No se conoce exactamente qué es lo que desencadena que el sistema inmunológico ataque al páncreas. Sin embargo, algunos investigadores sugieren que puede deberse a una infección viral.
En caso de tener un familiar cercano como papá o hermano con diabetes tipo 1, la probabilidad de desarrollar esta condición es del 6%. El riesgo en personas que no tienen familiares con esta enfermedad es .5% o más bajo. Algunos desencadenantes son:
- Genética: historial familiar y el ambiente prenatal de la madre.
- Exposición a químicos: la exposición especialmente a químicos llamados interruptores endócrinos, encontrados en plásticos.
- Infecciones virales: estas también pueden desencadenar un proceso autoinmune.
Se ha demostrado en diversos estudios que la introducción temprana o tardía de ciertos alimentos a los lactantes desencadena la diabetes tipo 1. Introducir fruta antes de los 5 meses o esperar hasta más de 7 meses para introducir cereales como la avena y el arroz aumenta el riesgo de diabetes. Es especialmente relevante el hecho de que la lactancia reduce estos riesgos, según la investigación.
Síntomas de la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 puede ser moderada o grave. Algunas personas no tienen síntomas (son asintomáticas) y no detectan la condición hasta hacerse un examen de orina o de sangre. Si una persona presenta síntomas, las señales pueden ser las siguientes:
- Sed excesiva
- Hambre extrema, incluso después de comer
- Boca seca
- Náuseas y vómito
- Dolor de estómago
- Orina en exceso
- Pérdida inexplicable de peso, aunque la persona coma y se sienta hambrienta
- Fatiga o sensación de cansancio
- Visión borrosa
- Respiración pesada y con dificultad (respiración de Kussmaul)
- Infecciones frecuentes de piel, tracto urinario o vagina
Señales de emergencia de diabetes tipo 1
- Temblor y confusión
- Respiración rápida
- Olor frutal del aliento
- Dolor de estómago
- Pérdida de conciencia (poco común)
Diferencia entre diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2
El principal proceso que ocurre en la diabetes tipo 1 es que el páncreas no produce insulina. La diabetes tipo 2 es más un resultado de resistencia a la insulina; las células no son capaces de usar la insulina efectivamente o en lo absoluto). Esto significa que es necesaria una gran cantidad de insulina para entregar la glucosa a las células. Con el paso del tiempo y debido al trabajo excesivo del páncreas, las personas con diabetes tipo 2 pueden experimentar disminución en la producción de insulina.
En la diabetes tipo 1, al transcurrir el tiempo, el cuerpo también puede desarrollar resistencia a la insulina. Esto especialmente en personas que suben mucho mucho de peso. Esto significa que el tratamiento y la dieta son de fundamentales en personas que han tenido diabetes de cualquier tipo por un largo tiempo.
Complicaciones de la diabetes tipo 1
Al ser una enfermedad crónica, la diabetes tipo 1 puede afectar órganos importantes del cuerpo. Dichos órganos incluyen el corazón, vasos sanguíneos, nervios, ojos y riñones. Mantener los niveles normales de azúcar en la sangre puede reducir considerablemente el riesgo de algunas complicaciones.
Eventualmente, las complicaciones de la diabetes pueden ser incapacitantes o poner en riesgo la vida.
Enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos
La diabetes incrementa dramáticamente el riesgo tener problemas cardiovasculares. Esto incluye la enfermedad arterial coronaria con angina de pecho, ataque al corazón, infarto, aterosclerosis y presión alta.
Daño en los nervios (neuropatía)
El exceso de azúcar puede lesionar las paredes de los pequeños vasos sanguíneos (capilares) que nutren los nervios, especialmente en las piernas. Esto puede causar hormigueo, adormecimiento, ardor o dolor que usualmente empieza en la punta de los dedos y poco a poco se extiende hacia arriba.
El control inadecuado de azúcar en la sangre puede causar que se pierda la sensación en los miembros afectados. El daño en los nervios que afecta el tracto gastrointestinal puede provocar náuseas, vómito, diarrea o estreñimiento. En los hombres, se puede presentar disfunción eréctil.
Daño renal (nefropatía)
Los riñones contienen millones de pequeños vasos sanguíneos en grupos que filtran el desperdicio de la sangre. La diabetes puede dañar este delicado sistema de filtración. El daño severo puede conducir a la insuficiencia renal o a la enfermedad renal terminal, que es irreversible. Esta última hace que el paciente requiera diálisis o un trasplante de riñón.
Daño en los ojos
La diabetes daña los vasos sanguíneos de la retina (retinopatía diabética), causando una potencial ceguera. Además, incrementa el riesgo de otras condiciones serias de la visión, como cataratas o glaucoma.
Daño en los pies
El daño en los nervios de los pies o la circulación deficiente incrementa el riesgo de complicaciones en los pies. Si no se trata, cortaduras y ampollas pueden convertirse en infecciones serias. El pie puede desarrollar heridas por la sola fricción con el calzado. Esto puede agravarse hasta requerir la amputación de un dedo, el pie o la pierna.
Condiciones de la piel y la boca (dientes)
La diabetes puede hacer a una persona susceptible a infecciones de la piel o de la boca. Esto incluye infecciones por bacterias u hongos. Las enfermedades de las encías y boca seca son más probables.
Un tercio de las personas con diabetes tienen una enfermedad periodontal severa. La enfermedad periodontal en pacientes diabéticos puede resultar en la pérdida de uno o más dientes. De hecho, la Asociación Dental Americana publicó un estudio reciente que relacionó uno de cada cinco casos de pérdida total de dientes con la diabetes.
Complicaciones del embarazo
Los niveles altos de azúcar son peligrosos para la mamá y el hijo. El riesgo de aborto, muerte del bebé y defectos de nacimiento incrementan cuando la diabetes no tiene un control adecuado. Para la madre, la diabetes incrementa el riesgo de cetoacidosis diabética, retinopatía, presión alta por embarazo inducido o preeclampsia.
Una prueba de glucosa en sangre (glucosa postprandial) debe hacerse durante el embarazo para verificar el nivel de glucosa de una mujer embarazada. La diabetes gestacional es el incremento de azúcar en la sangre durante el embarazo. La condición puede ser temporal, pero requiere un tratamiento especifico para evitar complicaciones tanto para la madre como para el hijo.
Diagnóstico de la diabetes tipo 1
Es importante que la diabetes tipo 1 se diagnostique de forma temprana. De esta forma, el tratamiento puede comenzar cuando es más oportuno. En caso de experimentar los síntomas, es importante visitar al médico rápidamente. Él puede examinar al paciente, conocer los síntomas y solicitar análisis de sangre y orina.
La muestra de orina se examina para detectar presencia de glucosa. La orina normalmente no contiene glucosa, pero esta puede pasar de los riñones hacia la orina si se tiene diabetes. En caso de que la orina contenga glucosa, un examen de sangre especializado conocido como hemoglobina glicosilada (HbA1c) se utiliza para confirmar el diagnóstico.
Prueba de hemoglobina glicosilada (HbA1c)
Esta prueba es útil para el diagnóstico de diabetes tipo 1. Además, puede utilizarse para mostrar cómo está controlándose la enfermedad. La prueba muestra el nivel promedio de glucosa en sangre de los dos o tres últimos meses. Los resultados indican si las medidas que utiliza una persona para controlar la enfermedad están funcionando.
Si se confirma el diagnóstico de diabetes, es recomendable realizar esta prueba por lo menos dos veces al año. Se necesitará realizar la medición de forma más frecuente si:
- El diagnóstico de diabetes es reciente
- Los niveles de glucosa en la sangre permanecen altos
- El plan de tratamiento ha cambiado
La prueba de hemoglobina glicosilada puede hacerse en cualquier momento sin requerir preparación especial, como el ayuno. Vale la pena mencionar que es menos confiable en situaciones como el embarazo. Las ventajas que se asocian a la prueba hacen que sea el método preferido de evaluación de los niveles de glucosa en la sangre y del control que tiene una persona con diabetes.
Tratamiento para la diabetes tipo 1
Es necesario entender y tener presente en todo momento que no hay cura para la diabetes. El tratamiento se enfoca en mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro del rango deseable. De la misma manera, busca controlar los síntomas para prevenir problemas de salud que se puedan desarrollar posteriormente. En caso de que el diagnóstico sea positivo, el paciente es referido con un equipo especializado en el tratamiento de la diabetes. Ellos serán capaces de ayudar a una persona a entender la enfermedad y monitorear el progreso para identificar complicaciones potenciales a tiempo.
La diabetes tipo 1 ocurre porque el cuerpo no produce insulina. Esto significa que la persona puede necesitar administrarse insulina regularmente para mantener los niveles de glucosa en parámetros adecuados. La insulina viene en varias preparaciones, cada una trabaja ligeramente diferente. Por ejemplo, algunas duran un día completo (acción prolongada), otras duran ocho horas (acción breve) y otras trabajan rápidamente pero no duran suficiente (acción rápida). Es posible que una persona pueda requerir el tratamiento en diferentes preparaciones.
Insulina
Inyecciones de insulina
La insulina debe inyectarse porque si se administra como tableta, se descompone en el estómago (como comida). Esto hace que sea incapaz de entrar al torrente sanguíneo y cumplir su función. El equipo de especialistas entrena a una persona a administrar las inyecciones. De la misma forma, deberá aprender a almacenar la insulina y deshacerse de las agujas correctamente.
Las inyecciones son usualmente administradas por una pluma de insulina o autoinyector. A veces, las inyecciones son administradas usando una jeringa. La mayoría de las personas necesitan una o dos inyecciones al día. El médico o una enfermera puede enseñarle a un amigo cercano o a un familiar cómo inyectar la insulina.
Terapia con bomba de insulina
Esta alternativa consta de un pequeño dispositivo que contiene insulina y es más pequeño que un teléfono celular. La bomba se conecta a la persona con un pequeño tubo que tiene una aguja al final. Esta aguja se inserta debajo de la piel en el estómago o puede insertarse también en la cadera, muslos, nalgas o brazos.
La bomba permite a la insulina fluir continuamente dentro del torrente sanguíneo a un ritmo controlado. Esto significa que la persona no necesitará inyecciones, aunque sí necesitará monitorear los niveles de glucosa de forma cercana. El monitoreo sirve para asegurar que está recibiendo la cantidad correcta de insulina.
La terapia con bomba de insulina puede usarse en adultos, jóvenes y niños (bajo supervisión) que tienen diabetes tipo 1. Aunque puede no ser adecuada para todos. El profesional de la salud puede sugerir esta terapia en caso de que haya episodios frecuentes de niveles bajos de glucosa (hipoglucemia).
Recomendaciones para la diabetes tipo 1
El manejo cuidadoso de la diabetes tipo 1 puede reducir el riesgo de complicaciones. Las siguientes recomendaciones pueden ayudar:
Solicitar exámenes físicos y de vista regularmente: esto sirve para que el doctor revise posibles complicaciones relacionadas con la diabetes.
Mantener las vacunas al día: los niveles altos de azúcar en la sangre pueden debilitar al sistema inmunológico. Es necesario vacunarse contra la gripe anualmente, así como vacunarse contra la neumonía.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan vacunarse contra la Hepatitis B. Esto si la persona no tiene la vacuna y si tiene entre 19 y 59 años.
Poner atención a los pies: lavar los pies diariamente con agua tibia y secar con cuidado, especialmente entre los dedos. Hidratar los pies con crema y revisar diariamente que no haya ampollas, cortaduras, llagas, enrojecimiento o inflamación. En caso de la presencia de alguna herida que no sana, es importante acudir con el médico o especialista en heridas.
Mantener la presión y el colesterol bajo control: comer sanamente y ejercitarse regularmente puede ayudar a controlar estos dos factores. Puede ser necesario tomar medicamentos.
Dejar de fumar: el tabaquismo incrementa el riesgo de padecer complicaciones por diabetes. Esto incluye un ataque al corazón, infarto, daño a los nervios y enfermedad renal.
Evitar el consumo de alcohol: beber alcohol causa tanto bajos como altos niveles de azúcar en la sangre. Esto depende de cuánto se beba y se coma al mismo tiempo. En caso de beber, se debe hacer con moderación y siempre con algo en el estómago. Es recomendable revisar los niveles de azúcar antes de ir a dormir.
Tomar el estrés de forma seria: las hormonas que el cuerpo produce en respuesta al estrés pueden hacer que la insulina no trabaje de forma adecuada.
Consejos especiales
Comprometerse a controlar la diabetes: toma los medicamentos según la recomendación médica. Aprende todo lo posible acerca de la diabetes tipo 1. Haz de la dieta y de la actividad física saludable parte de la rutina diaria.
Identificarse: es importante llevar consigo una etiqueta o brazalete que indique que la persona tiene diabetes. También es recomendable llevar un kit de glucagón en caso de emergencia debido a bajos niveles de azúcar en la sangre. Es necesario asegurarse de que los amigos y familiares más cercanos sepan cómo usarlo.
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Fuentes
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