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¿Qué es la enfermedad arterial coronaria?
La enfermedad arterial coronaria se desarrolla cuando los principales vasos sanguíneos se dañan o enferman. Cuando ocurre esto, estos vasos no suministran oxígeno y nutrientes, formando depósitos que contienen colesterol, grasa y otras sustancias. Esta acumulación se conoce como placa y se forma en las arterias provocando inflamación y una potencial enfermedad arterial coronaria.
Cuando la placa se forma, se obstruye las arterias coronarias y disminuye el flujo sanguíneo hacia el corazón. La placa se forma desde una edad temprana en las paredes de los vasos sanguíneos. A medida que una persona crece, esta se comienza a acumular.
La placa provoca que las paredes internas de los vasos sanguíneos se hagan pegajosas. Otras células, proteínas, lipoproteínas y calcio que viajan en el torrente sanguíneo, se mezclen con la placa. A medida que estas se unen, incluido el colesterol, la placa aumenta y empuja las paredes de las arterias. Cuando esto pasa, crecen hacia adentro y los vasos sanguíneos se hacen más estrechos.
Causas
Se cree que la enfermedad arterial coronaria comienza con un daño o lesión de la capa interna de la arteria coronaria. Este daño puede ocurrir desde la niñez o puede ser producto de la aterosclerosis, una condición que endurece y adelgaza las arterias en general. La reducción del flujo sanguíneo ocurre cuando una o más arterias se bloquean parcial o totalmente.
Las cuatro principales arterias coronarias están localizadas en la superficie del corazón: arteria coronaria derecha, izquierda, circunfleja y descendente anterior izquierda. Estas arterias llevan oxígeno y sangre rica en glucosa al corazón.
El daño puede ser causado por factores, como:
- Tabaquismo
- Presión alta
- Colesterol alto
- Diabetes o resistencia a la insulina
- Sedentarismo
Síntomas
Si el corazón no recibe la suficiente sangre, se puede experimentar una variedad de síntomas. El más común es molestia o dolor en el pecho, también conocido como angina. Las personas que han experimentado este síntoma describen las siguientes sensaciones:
- Pesadez
- Rigidez
- Ardor
- Presión
Los síntomas anteriores pueden confundirse con acidez o indigestión. Vale la pena conocer con detalle los síntomas de las enfermedades gastrointestinales.
Otros síntomas de enfermedad arterial coronaria incluyen:
- Dolor en brazos (especialmente en el hombro izquierdo)
- Sudor
- Mareos
- Falta de aliento
Dolor de pecho o angina
Una persona puede sentir rigidez en el pecho, comparado con la sensación de alguien presionando sobre él. El dolor, conocido como angina, usualmente ocurre en la mitad o el costado izquierdo del pecho. La angina generalmente se dispara por estrés físico o emocional. El dolor desaparece unos minutos después de detener la actividad que provoca estrés. En algunas personas, especialmente mujeres, el dolor puede ser fugaz y agudo, y se puede sentir en el cuello, brazos o espalda.
Ataque al corazón
Una arteria coronaria completamente bloqueada es la causa principal de un ataque al corazón. Los síntomas y señales comunes de un ataque incluyen una sensación aplastante en el pecho y en el hombro o brazo. En ocasiones, este dolor está acompañado de falta de aire y sudoración.
Existe la posibilidad de experimentar más síntomas cuando el flujo sanguíneo está más restringido. Si un bloqueo corta este flujo completamente, el músculo cardiaco empezará a morir. Por ningún motivo se debe ignorar los síntomas, especialmente si han durado más de cinco minutos. Se requiere tratamiento médico inmediato.
Síntomas de enfermedad arterial coronaria en mujeres
Las mujeres también experimentan los síntomas mencionados, pero también es probable que tengan:
- Náuseas
- Vómito
- Dolor de espalda
- Dolor en la quijada
Síntomas de enfermedad arterial coronaria en hombres
Los hombres tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca que las mujeres en premenopausia. Las mujeres en posmenopausia tienen el mismo riesgo que los hombres.
Debido a la disminución del flujo sanguíneo, el corazón también puede volverse débil, desarrollar arritmia, fallar al bombear la sangre que el cuerpo necesita. El doctor detecta estos problemas durante un diagnóstico.
Diagnóstico, pruebas y exámenes clínicos.
El médico debe conocer el historial clínico personal y familiar, hacer un examen físico y ordenar exámenes de sangre del paciente. Es posible que solicite que se realice más exámenes para llegar al fondo de los síntomas y descubrir la causa.
Electrocardiograma (EKG o ECG)
Un electrocardiograma registra las señales eléctricas que van hacia el corazón. Este procedimiento también revela evidencia de un ataque al corazón previo o uno que se encuentra en progreso. En otros casos, se puede recomendar una electrografía ambulatoria, con un dispositivo portátil que se utiliza 24 horas mientras se realiza las actividades cotidianas. Ciertas anomalías pueden indicar que el flujo de sangre hacia el corazón es inadecuado.
Ecocardiograma
Un ecocardiograma usa ondas de sonido que producen imágenes del corazón. Durante esta prueba, el doctor determina si todas las partes de la pared del corazón están contribuyendo de forma normal a la actividad del bombeo de sangre. Las partes que se mueven débilmente, puede haberse dañado durante un ataque al corazón o están recibiendo poco oxígeno. Esto indica la presencia de enfermedad arterial coronaria u otras condiciones.
Prueba de esfuerzo
Si los síntomas ocurren mayormente durante el ejercicio, el doctor realizará una prueba de esfuerzo. Esta consiste en caminar sobre una caminadora o andar sobre una bicicleta estacionaria durante un ECG. En ocasiones, se utiliza un medicamento para estimular el corazón en caso de que el paciente no pueda realizar ejercicio. Es probable que también se realice una prueba de esfuerzo usando un ecocardiograma. Por ejemplo, el médico puede hacer un ultrasonido antes y después de que el paciente haga los ejercicios o se le suministre la medicación estimulante.
Otra prueba de esfuerzo es la llamada prueba nuclear de esfuerzo, la cual mide el flujo sanguíneo que va al músculo cardiaco durante el ejercicio. Es similar a la prueba original, solo que esta se realiza con imágenes y usando un electrocardiograma. Un rastreador se inyecta al torrente sanguíneo y cámaras especiales detectan áreas en el corazón que reciben menos flujo de sangre.
Cateterización cardiaca
Para ver el flujo de la sangre a través del corazón, el médico inyecta un tinte especial en las arterias coronarias. También se le conoce como angiograma. El líquido se inyecta a las arterias del corazón por medio de un tubo largo y delgado llamado catéter. Este se inserta a través de una arteria que llega a las arterias del corazón, usualmente desde la pierna.
La tinta delinea puntos estrechos y bloqueos en imágenes tomadas con rayos X. Si el paciente tiene un bloqueo que requiere tratamiento, un pequeño globo se inserta a través del catéter y es inflado para mejorar el flujo sanguíneo en las arterias coronarias. Una malla en forma de tubo llamado stent puede ser usado para mantener abierta dicha arteria.
Tomografía computarizada cardiaca
Esta tecnología ayuda al doctor a observar los depósitos de calcio que puedan estar estrechando las arterias. Si se descubre una cantidad de calcio, es posible que se trate de una enfermedad arterial coronaria. Un angiograma coronario por TC, en el que se suministra un medio de contraste inyectado por vía intravenosa, también puede generar imágenes de las arterias del corazón.
Factores de riesgo
- Edad: el simple hecho de envejecer incrementa el riesgo de daño y estrechamiento de arterias.
- Sexo: el riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria es mayor para los hombres. Sin embargo, el riesgo en mujeres incrementa después de la menopausia.
- Historial médico familiar: si hay antecedentes familiares de una enfermedad cardiaca, el riesgo de sufrir una se incrementa. El riesgo es todavía mayor si el padre o hermano fueron diagnosticados con enfermedad cardiaca a una edad temprana (antes de los 55). También se corre un riesgo especial cuando la madre o la hermana la desarrollan antes de los 65.
- Tabaquismo: las personas que fuman tienen un riesgo significativo de enfermedad del corazón. Exponer a otros como fumadores pasivos incrementa su riesgo de enfermedad arterial coronaria.
- Hipertensión arterial: la hipertensión arterial descontrolada puede resultar en el endurecimiento y engrosamiento de las arterias. Esto provoca que el canal en el cual la sangre fluye se estreche. La prehipertensión es un aviso de que la presión arterial está por encima de los niveles normales.
- Niveles altos de colesterol en la sangre: estos incrementan el riesgo de la formación de placas y aterosclerosis. El colesterol alto puede ser causado por niveles altos de lipoproteínas de baja densidad (LDL) conocidas como colesterol malo. Un nivel bajo de lipoproteínas de alta densidad (HDL), conocidas como colesterol bueno, es un signo de aterosclerosis.
- Diabetes: está asociada con un alto riesgo de enfermedad arterial coronaria. La diabetes tipo 2 y la enfermedad arterial coronaria comparten factores de riesgo. Algunos de estos son obesidad e hipertensión arterial.
- Sobrepeso y obesidad: el exceso de peso regularmente empeora otros factores de riesgo.
- Sedentarismo o inactividad física: la falta de ejercicio también se asocia con esta enfermedad y otros factores de riesgo.
- Estrés: si una persona no mejora los niveles de estrés en su vida, el daño a las arterias empeora, así como otros riesgos de una enfermedad arterial coronaria.
Otros factores de riesgo
Estos factores de riesgo ocurren de forma agrupada y se desarrollan uno sobre otro. Como la obesidad que conlleva a la diabetes tipo 2 e hipertensión arterial. Cuando se agrupan, ciertos factores ponen a una persona en un riesgo más grande de desarrollar enfermedad arterial coronaria. Como ejemplo, el síndrome metabólico, es un grupo de condiciones: presión arterial elevada, triglicéridos altos, niveles altos de insulina y exceso de grasa corporal alrededor de la cintura.
En ocasiones, una enfermedad arterial coronaria se desarrolla sin la presencia de factores de riesgo comunes. Investigadores han estudiado otras posibles causas, entre las cuales se encuentran:
Apnea del sueño: este desorden causa constantes pausas en la respiración mientras se está dormido. Las caídas repentinas de los niveles de oxígeno en la sangre que ocurren durante la apnea del sueño incrementan la presión sanguínea. Esto afecta al sistema circulatorio (también conocido como cardiovascular), lo que conduce a una posible enfermedad arterial coronaria.
Proteína C reactiva ultrasensible: es una proteína normal que aparece en grandes cantidades cuando hay inflamación en cualquier parte del cuerpo. Los niveles altos de esta proteína podrían significar un factor de riesgo de enfermedad cardiaca. Se cree que a medida que las arterias se estrechan, habrá más cantidad de proteína C reactiva ultrasensible en la sangre.
Triglicéridos altos: este es un tipo de grasa (lípido) en la sangre. Los niveles altos incrementan el riesgo de una enfermedad arterial coronaria, especialmente en las mujeres.
Homocisteína: es un aminoácido que el cuerpo usa para producir proteína y formar y mantener tejido. Sin embargo, los altos niveles de homocisteína incrementan la posibilidad de una enfermedad arterial coronaria.
Tratamiento
El tratamiento para la enfermedad arterial coronaria involucra cambios en la vida diaria y en los hábitos. En ocasiones, es necesario de medicamentos y ciertos procedimientos médicos. Si sospechas que padeces de enfermedad arterial coronaria o cualquier variación de afección cardiaca, es necesario que acudas con el médico de inmediato.
Cambios en el estilo de vida
Es de imaginarse que dejar las prácticas que produjeron la enfermedad sea el primer paso hacia la recuperación. Es posible que no sea suficiente. Las recomendaciones generales son las siguientes.
- Dejar de fumar inmediatamente
- Evitar alimentos procesados
- Dieta baja en grasas trans, sal y azúcar
- Control estricto sobre el azúcar en caso de tener diabetes
- Ejercicio regular para estar en el peso adecuado
- Reducir el estrés es altamente recomendable
Medicamentos
Si un cambio en el estilo de vida no es suficiente, los medicamentos serán necesarios. Estos serán recetados dependiendo de la situación.
Medicamentos modificadores de colesterol: estos disminuyen la cantidad de colesterol en la sangre, especialmente las lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo). Esto quiere decir que disminuyen el material primario que se deposita en las arterias coronarias. El médico puede elegir entre una variedad de suplementos o medicamentos, que incluyen estatinas, niacina, fibratos y secuestrantes de ácidos biliares.
Anticoagulantes: es probable que el doctor recomiende tomar un anticoagulante. con alguna periodicidad. Esto puede reducir la tendencia de la sangre a coagularse y ayudar a prevenir la obstrucción de las arterias coronarias. Si se ha sufrido un ataque al corazón, puede ayudar a prevenir ataques futuros. Sin embargo, en algunos casos, el anticoagulante es inapropiado. No es recomendable cuando se tiene trastornos de coagulación o se está tomando otro anticoagulante. El doctor es el único que puede definir el plan de tratamiento.
Betabloqueadores: estos medicamentos disminuyen el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, lo cual disminuye la demanda de oxígeno del corazón. Si una persona tuvo un ataque al corazón, los betabloqueadores reducen el riesgo de ataques futuros.
Nitroglicerina: las pastillas, aerosoles y parches controlan el dolor de pecho dilatando temporalmente las arterias coronarias reduciendo la demanda de sangre del corazón.
Prevención
Dejar de fumar: fumar es una causa de esta enfermedad. La nicotina contrae los vasos sanguíneos y obliga al corazón a trabajar de forma forzada. El monóxido de carbono reduce el oxígeno en la sangre y daña el revestimiento de los vasos.
Control de la presión sanguínea: en conjunto con un doctor, se puede solicitar una medición de presión sanguínea regularmente empezando desde los 18. En caso de ser mayor a 40 o estar en una edad entre 18 y 39 con altos niveles de presión sanguínea, se debe hacer la medición con mayor frecuencia.
Control del colesterol: una prueba de colesterol inicial se requiere al estar en los veintes y al menos cada cinco años. Si los resultados no son deseables, el doctor recomendará mediciones frecuentes.
Mantener a la diabetes bajo control: si una persona tiene diabetes, el control estricto de azúcar en la sangre reduce el riesgo de una enfermedad cardiaca.
Mantenerse activo: el ejercicio ayuda a conseguir y mantener un peso saludable, así como control de diabetes y de niveles altos de colesterol y presión sanguínea. Con la supervisión médica, se pueden realizar de 30 a 60 minutos de ejercicio moderado un mínimo de cuatro días a la semana.
Comer alimentos saludables: una dieta mediterránea es recomendable. Las frutas, vegetales, granos enteros, legumbres y nueces, ayudan a controlar el peso, presión arterial y colesterol. Comer pescado de dos a tres veces por semana también es beneficioso.
Manejo del estrés: Reducir el estrés lo más que se pueda. Se recomienda practicar técnica saludables para esto, como relajación muscular y respiración profunda.
Sumado a esto, se debe recordar la importancia de un chequeo médico regular. La detección temprana y el tratamiento adecuado son importantes para un corazón saludable durante toda la vida.
Fuentes
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