Cirugías de ortopedia más comunes

Cirugías de ortopedia más comunes

Una cirugía de ortopedia es cualquier operación realizada en el sistema musculoesquelético. Este sistema está compuesto por huesos, músculos, ligamentos, articulaciones y tendones. Las cirugías de ortopedia más comunes no son las mismas que hace años. Los procedimientos tradicionales ahora compiten con cirugías artroscópicas. La artroscopia es una cirugía mínimamente invasiva, lo que implica menos dolor y menor tiempo de recuperación.

Una cirugía de ortopedia puede ayudar con el dolor crónico y la discapacidad, lo cual puede ser muy reconfortante. Sin embargo, someterse a un procedimiento quirúrgico también puede causar preocupación, ansiedad y muchas dudas. Una vez que se toma la decisión de someterse a cualquiera de los cirugías de ortopedia más comunes, es probable que haya un periodo de preparación. Este tiempo se puede usar para aprender y estar listo para el procedimiento. Informarse sobre los aspectos de cualquier cirugía permite que el paciente esté tranquilo y comprenda el tratamiento de su condición.

La cirugía de ortopedia se realiza para tratar problemas relacionados con enfermedades de los huesos o articulaciones. Asimismo, en casos de problemas ortopédicos debido al envejecimiento o por accidentes. Por lo tanto, se puede planificar cuidadosamente o ser completamente inesperada. Estos procedimientos pueden variar mucho en términos de cuán invasivos son, los riesgos que conllevan y el tiempo de recuperación.

Es posible que la información aquí presentada no aplique a todos los pacientes con padecimientos ortopédicos. Una persona con dolor de huesos o articulaciones que no mejora debe acudir con un profesional de la salud. Cuanto antes obtenga la atención necesaria, mejores son las oportunidades de recuperación. Este artículo, sin embargo, puede ser una guía útil para saber los puntos más relevantes de las cirugías de ortopedia más comunes y sus implicaciones. Los procedimientos quirúrgicos de ortopedia más comunes son los siguientes:

1. Procedimientos de reemplazo de articulaciones

Este tipo de cirugía sustituye la articulación lesionada por una prótesis. Esta es una de las cirugías de ortopedia más comunes. Las cirugías de reemplazo que se realiza con mayor frecuencia son de prótesis de cadera y prótesis de rodilla. Es importante que después del procedimiento los pacientes sean monitoreados para detectar signos de complicaciones. Esto se debe a que los reemplazos de articulaciones conllevan algunos riesgos. Por ejemplo, la prótesis puede fallar o los materiales que la componen pueden llegar a la sangre y causar una condición tóxica conocida como metalosis.

Cirugía de reemplazo de cadera

La cirugía de reemplazo de cadera es un procedimiento en el cual un cirujano ortopedista retira quirúrgicamente la articulación dañada, con frecuencia debido a artritis. Esta articulación dañada es sustituida por una articulación artificial hecha de componentes de metal y plástico. Este tipo de cirugía ortopédica se realiza cuando todas las demás opciones de tratamiento no han logrado aliviar el dolor.

La cirugía de reemplazo de cadera se puede realizar de forma tradicional o con una técnica de mínima invasión. Una de las diferencias entre los dos procedimientos es el tamaño de la incisión. En la técnica estándar se realiza un corte de 20 a 25 cm de largo al costado de la cadera. En la técnica de mínima invasión se hace uno o dos cortes de 5 a 12 cm. No todos los pacientes son candidatos a la cirugía mínimamente invasiva.

Cirugía de reemplazo de rodilla

El reemplazo de rodilla es un procedimiento quirúrgico para cambiar una rodilla dañada por una prótesis. Las piezas de metal y plástico se usan para preparar y acoplar los extremos de los huesos (fémur y tibia), junto con la rótula. Esta cirugía de ortopedia se puede considerar en pacientes con dolor de rodilla severo por artritis o por una lesión grave.

Varios tipos de artritis pueden afectar la articulación de la rodilla. La osteoartritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta principalmente a adultos mayores. Esta condición puede causar la ruptura del cartílago articular y del hueso adyacente en las rodillas. Por otro lado, la artritis reumatoide causa la inflamación de la membrana sinovial y produce un exceso de líquido sinovial. Esto puede provocar dolor y rigidez en las rodillas. Finalmente, la artritis debido a una lesión puede dañar el cartílago de la rodilla y requerir una cirugía de reemplazo.

Los reemplazos de cadera y rodilla son los reemplazos de articulaciones más comunes. No obstante, la cirugía de reemplazo se puede realizar en otras articulaciones como el tobillo, muñeca, hombro y codo.

2. Cirugía de revisión de prótesis

La vida de una prótesis de rodilla o de cadera es de entre 15 y 20 años. Si una prótesis o implante existente ha fallado, puede ser necesario retirarlo e implantar uno nuevo. Para una cirugía de revisión de reemplazo articular se debe realizar una valoración del implante articular desgastado. También llamada artroplastía de revisasión, esta cirugía puede ser más complicada que el reemplazo articular inicial. Esto se debe a que el procedimiento tiene resultados menos predecibles.

No hay límite de revisiones para una cirugía de reemplazo articular. No obstante, después de la primera, las intervenciones posteriores son cada vez más difíciles. Las razones para una cirugía de revisión de prótesis incluyen:

• Implantes desgastados
• Infección de la prótesis o alguno de sus componentes
• Inestabilidad del implante
• Posición incorrecta de la prótesis
• El implante está causando dolor

3. Desbridamiento

El desbridamiento es un procedimiento que se utiliza para eliminar el tejido dañado de una herida con el objetivo de promover la curación. El desbridamiento quirúrgico es una de las cirugías de ortopedia más comunes. Hay algunos casos en los que es necesario también retirar hueso. Existen otras formas de desbridamiento que no usan cirugía.

Al eliminar quirúrgicamente el tejido muerto, infectado o contaminado, el cuerpo queda con tejido sano para acelerar la curación. Si en una herida o lesión hay tejido dañado, es probable que se presenten complicaciones, como una infección.

Los cirujanos ortopédicos suelen realizar una cirugía de desbridamiento después de una fractura abierta o después de una infección. Muchas fracturas abiertas están contaminadas. Además, debido al grado de lesión de los tejidos blandos, muchas fracturas abiertas tienen necrosis. En estas situaciones, el desbridamiento es necesario para eliminar el tejido contaminado y prevenir una infección.

El desbridamiento también sirve para alisar la superficie del cartílago articular y otras estructuras internas. Esto facilita y promueve el proceso de curación. Hay algunos casos en los que es necesario extraer parte del hueso afectado.

La duración del procedimiento depende de la en qué parte del cuerpo se encuentra la lesión. La gravedad de la misma también es un factor importante. En los casos de lesión articular, es posible que el paciente deba usar un aparato ortopédico. La recuperación y rehabilitación dependerán de la severidad de la condición.

4. Fusión espinal

La fusión espinal es otra de las cirugías de ortopedia más comunes. En este procedimiento se fusiona o se unen dos o más vértebras. El objetivo es proporcionar estabilidad a la columna vertebral y reparar el daño en esta estructura.

La fusión espinal es un proceso de soldadura. A menudo se considera para varios problemas de la columna vertebral, que incluyen:

• Hernias de disco
• Escoliosis
• Fracturas
• Estenosis espinal

Las piezas de las vértebras se fusionan mediante el uso de injerto óseo. Este puede ser hueso de otras partes del cuerpo del paciente (por lo general, la cadera), de un cadáver o de un material sintético. Para mantener los huesos inmóviles y juntos, se utiliza tornillos y barras. En la mayoría de casos, después se debe usar un aparato ortopédico.

5. Cirugía de tejidos blandos

Otra de las cirugías de ortopedia más comunes es la cirugía de tejidos blandos. Estos procedimientos están destinados principalmente a mejorar la estabilidad de la articulación. Esto se logra mediante la reparación de músculos, tendones y ligamentos. Las cirugías frecuentes de tejidos blandos de la extremidad inferior incluyen:

• Transferencias de tendones
• Reparaciones musculares
• Fasciotomías
• Resecciones
• Reparaciones de cartílago
• Reconstrucciones de ligamentos

Muchas de estas cirugías se realiza con una artroscopía en un entorno de cirugía ambulatoria. Sin embargo, en algunos casos, la operación se puede prolongar por alguna complicación. Esto incluye la ruptura del cartílago articular, menisco o almohadillas grasas. Asimismo, daño a los vasos sanguíneos, nervios, ligamentos y tendones, o parálisis temporal después del uso de torniquetes. Otras complicaciones son el rompimiento de los instrumentos quirúrgicos, hemorragia, tromboflebitis e infección.

Por lo general, antes del alta hospitalaria se recomienda fisioterapia para la rehabilitación de la función articular.

6. Cirugía de reducción abierta y fijación interna

La cirugía de reducción abierta y fijación interna se usa para reparar huesos rotos. Esta es una cirugía de dos partes. Primero, el hueso roto se vuelve a colocar en su lugar. Posteriormente, se coloca un dispositivo de fijación interno en el hueso. El material para la fijación puede ser tornillos, placas, barras, varillas, etc. En algunos casos, los dispositivos deberán permanecer dentro del cuerpo.

Esta cirugía de ortopedia es muy frecuente. Se realiza para reparar fracturas que no van a sanar correctamente al inmovilizarlas con yeso o cualquier otro dispositivo. Una cirugía de reducción y fijación puede tomar varias horas según la fractura y el hueso involucrado. Por lo general, se usa anestesia general para prevenir el dolor durante la operación. El dolor y la incomodidad postoperatoria se puede controlar con medicamentos.

Cirugía ortopédica tradicional frente a la artroscopía

Algunas de las cirugías de ortopedia más comunes se puede realizar de forma abierta o con artroscopía. La artroscopía es una técnica mínimamente invasiva. Hay ocasiones en las que se necesita cirugía abierta por las características y avance de una lesión. La cirugía tradicional es más invasiva y a menudo tiene tiempos de recuperación considerablemente más largos.

Aunque se considera que los procedimientos artroscópicos son menos invasivos, se debe comprender que también tienen riesgos. Incluso en caso de una artroscopía, es posible experimentar complicaciones. Esto incluye infección del sitio quirúrgico y errores quirúrgicos humanos.

Un artroscopio es un instrumento quirúrgico en forma de tubo con una pequeña cámara unida a un extremo. Una luz en el dispositivo permite al cirujano iluminar y ampliar las estructuras dentro de las articulaciones, sin la necesidad de hacer grandes incisiones. Usando el artroscopio como guía, el cirujano realiza procedimientos precisos para la reparación de huesos, cartílago o tejidos circundantes.

La artroscopía permite al profesional de la salud ver las estructuras articulares interiores. Esto incluye las cápsulas sinoviales, cartílagos, tendones, ligamentos y otras estructuras óseas. Como resultado, se puede llegar a un diagnóstico preciso de fracturas, rotura de ligamentos o tendones o una posible enfermedad de los huesos.

En resumen, la artroscopía puede reducir el dolor postoperatorio, el riesgo de infección y el tiempo de curación.

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Fuentes de consulta:

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