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La ortopedia en adultos mayores
La esperanza de vida al nacer ha aumentado más de 10 años en los últimos 50 años. En 2007, una niña recién nacida en un país de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) podía esperar vivir hasta la edad de 81.9 años. Es decir, 10.9 años más que una niña nacida en 1960. Del mismo modo, un niño recién nacido en el año 2007 podría esperar vivir hasta la edad de 76.2 años. Esto es 10.4 años más que un niño nacido en 1960. Lo que conocemos como adulto mayor o persona de la tercera edad está cambiando de una década a otra. Por lo tanto, en el ámbito de la salud es especialmente relevante hablar de la ortopedia en adultos mayores.
Los adultos mayores de 60 años eran ancianos en la década de 1960. Sin embargo, esta es una edad muy activa física y mentalmente en el siglo XXI. Aunque no existe una definición clara, se considera adultos mayores a las personas de más de 65 años de edad. La porción de la población masculina cuya edad es mayor a 65 años en los países de la OCDE fue del 11% en 2000. Mientras tanto, el de las mujeres fue del 15.1% en 2000. Se espera que los porcentajes de adultos mayores se conviertan en 22.7% para los hombres y 27.7% para las mujeres en 2050.
A principios de la década de 1950 se creó una sala combinada de rehabilitación de ortopedia en adultos mayores en el Reino Unido. El Dr. Devas, un ortopedista inglés, usó el término ortopedia geriátrica en 1974. Sin embargo, a la fecha hay muy pocos artículos en los que se mencione la ortopedia geriátrica.
Ortopedia y el paciente geriátrico
La fisiología de una persona cambia constantemente. A medida que se envejece se experimenta cambios a nivel estructural, funcional y molecular. Con el tiempo, cada sistema de órganos principales atraviesa un cambio fisiológico. Esto incluye al sistema nervioso, muscular, cardiovascular, respiratorio, gastrointestinal y renal. Todos estos cambios son variables de paciente a paciente. Sin embargo, al combinarse crean una condición fisiológica compleja. Esta fisiología única debe tenerse en cuenta para la atención integral de un paciente geriátrico.
El envejecimiento se define como la disminución progresiva normal de la función y la capacidad de responder a estímulos intrínsecos, como la inflamación; o extrínsecos ,como una lesión, infección o cirugía. La edad en sí misma es un factor de riesgo para diversas enfermedades y lesiones de huesos. De aquí la relevancia de llevar a discusión el tema de la ortopedia en adultos mayores.
La calidad de los huesos y tejidos blandos del adulto mayor es muy diferente de la de otros pacientes ortopédicos. La osteoporosis es una condición frecuente en personas de edad avanzada y a diferencia del siglo pasado, ahora es una condición tratable. Los tejidos blandos y la piel de un adulto mayor suelen ser frágiles y menos tolerantes a los traumas quirúrgicos. Además de las enfermedades de los huesos en adultos mayores, este grupo de edad puede tener comorbilidades médicas. Esto incluye diabetes, hipertensión, trastornos vasculares, cáncer o demencia. Su margen de seguridad para ciertos medicamentos y la incidencia de reacciones adversas pueden ser diferentes de los de la población general. Las lesiones en adultos mayores y las enfermedades musculoesqueléticas se han convertido en grandes desafíos para los cirujanos ortopedistas.
Objetivo de la ortopedia geriátrica
El objetivo principal de la ortopedia en adultos mayores debe ser la recuperación de la función. No obstante, en ciertos pacientes que tienen comorbilidades graves el objetivo puede ser el regreso a la vida independiente. Es decir, que el paciente geriátrico pueda caminar, vestirse, ir al baño y comer por sí mismo. Esta independencia debería proporcionarse para conservar la dignidad. La calidad de vida para mantener la dignidad es más importante que la cantidad de vida. Esto es especialmente relevante para la población de edad avanzada. Cuando los pacientes no son independientes, pueden perder la voluntad de vivir.
Permanecer en cama durante mucho tiempo puede amenazar la vida de una persona mayor y, por lo tanto, debe evitarse. El reposo prolongado debilita músculos y huesos. Tanto los huesos como los músculos fuertes son esenciales para las actividades diarias de la vida. La probabilidad de úlceras por presión (llagas) e infecciones urinarias o respiratorias aumenta si se permanece acostado mucho tiempo.
Un solo cirujano ortopedista no puede manejar todas las enfermedades de los huesos en adultos mayores. Las personas de edad avanzada pueden requerir geriatras y otros especialistas. Una evaluación exhaustiva por parte de cada especialista es fundamental para lograr la recuperación de la función o un retorno a la vida independiente. Por lo tanto, en la ortopedia en adultos mayores es necesario un enfoque integral cuidadoso. Esto requiere apoyos gubernamentales y sociales para brindar una atención óptima a estos pacientes.
En 2007, la esperanza de vida al nacer en países de la OCDE fue de 79 años. Esto puede incrementar a 90 años o incluso hasta 100 años en el futuro cercano. Los profesionales de la salud que atienden enfermedades de los huesos en adultos mayores deben prepararse para un número cada vez mayor de pacientes.
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Fuentes de consulta:
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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2915390/
Bret D. Alvis y Christopher G. Hughes. (2015). Physiology Considerations in the Geriatric Patient. 21 de agosto de 2019, de National Center for Biotechnology Information Sitio web: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4556136/