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Heridas que no cicatrizan: complicaciones de las heridas
Una herida es una interrupción de la estructura y función normal de la piel y el tejido blando debajo de ella. Las heridas agudas en pacientes saludables se curan a través de una secuencia ordenada de eventos fisiológicos. Sin embargo, algunas personas tienen uno o más factores que dificultan la cicatrización. Esto puede causar complicaciones de las heridas y conducir a heridas crónicas y úlceras por presión que no sanan.
Las heridas crónicas que no cicatrizan afectan a millones de pacientes cada año y en ocasiones pueden ser mortales. Estas heridas tienen un impacto sustancial debido a la carga económica y el efecto en la calidad de vida.
Las complicaciones de las heridas con frecuencia ocurren a personas de edad avanzada, con obesidad o diabetes. Las causas de las complicaciones de las heridas a menudo incluyen úlceras de pie diabético, úlceras venosas de pierna, insuficiencia arterial y úlceras por presión. La lista de factores que contribuyen a una condición crónica y un deterioro mayor es extensa.
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Problemas patológicos: complicaciones de las heridas
El complejo proceso de curación de heridas, por lo general heridas abiertas, puede verse afectado por muchos factores. Los principales problemas patológicos se pueden resumir como:
- Crecimiento inadecuado de la cicatriz que conduce a la dehiscencia de la herida, una abertura espontánea después de una reparación quirúrgica
- Formación excesiva de cicatriz, ya sea cicatrización hipertrófica o cicatriz queloide
- Formación de contractura, exageración de la contracción normal del borde de la herida que provoca deformidades (particularmente después de quemaduras)
Las complicaciones de las heridas a menudo se producen por múltiples problemas menores que contribuyen a entorpecer el proceso de curación. Cuando el proceso de cicatrización se detiene, puede desarrollarse una herida crónica. Esto es más probable que ocurra en pacientes con trastornos médicos subyacentes. La ulceración crónica suele afectar a las extremidades inferiores. Las heridas que no cicatrizan y que afectan a las extremidades inferiores están relacionadas con insuficiencia venosa crónica, enfermedad arterial periférica y diabetes.
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Complicaciones de las heridas
Las heridas que no sanan pueden tener muchas complicaciones, de carácter socioeconómico y psicológico. La curación natural de las heridas atraviesa de manera oportuna y sin complicaciones las siguientes fases: hemostasia, inflamación, proliferación y remodelación. Las heridas crónicas son aquellas que han estado presentes por más de seis meses. Estas no siguen la secuencia esperada de reparación. Algunas de las complicaciones de las heridas más comunes incluyen infección, necrosis tisular y gangrena, dermatitis y edema alrededor de la herida, osteomielitis, hematomas y dehiscencia.
Infección
La causa más común de retraso en la curación de heridas es la infección. La contaminación microbiana de las heridas puede progresar a una infección localizada, infección sistémica, sepsis, disfunción multiorgánica e incluso a una infección que pone en riesgo las extremidades o la vida. El diagnóstico de infección puede complicarse por la presencia de biopelícula o biofilm. La biopelícula es un ecosistema (comunidades) de bacterias organizadas en el interior del tejido de la herida.
Una manera efectiva de controlar la herida y su proceso de curación es comenzar con el desbridamiento y el uso de antimicrobianos tópicos. Es importante tener en cuenta la resistencia microbiana a los antibióticos, por lo que usar antisépticos, que tienen menos probabilidades de producir resistencia, puede ser una mejor opción.
Osteomielitis
La infección en heridas crónicas puede extenderse a los tejidos circundantes y al hueso subyacente. A esto se le conoce como osteomielitis. En pacientes con úlceras del pie relacionadas con diabetes, la infección es uno de los motivos más comunes de hospitalización. De los pacientes con úlceras de pie diabético, entre 20% y 60% desarrollarán osteomielitis, lo que aumenta el riesgo de amputación. Antes de la terapia con antibióticos, el único recurso era la intervención quirúrgica para desbridar el tejido y hueso necróticos o para amputar. En ocasiones el médico elige la amputación de una extremidad por el riesgo de que la infección se extienda. La terapia con antibióticos redujo de manera drástica las amputaciones y muertes.
Hematomas
Los hematomas por lo general no se ven en heridas crónicas que no cicatrizan. Sin embargo, el desarrollo de un hematoma o un seroma (acumulación de grasa líquida y suero) en un sitio quirúrgico es un fenómeno común que puede conducir a infección y dehiscencia de la herida. Si se desarrollan seromas o hematomas pequeños, se puede evacuar mediante una manipulación o aspiración suave sin la necesidad de una nueva operación. Este proceso puede repetirse una o dos veces, pero con frecuencia se resuelve sin dificultad.
Necrosis tisular y gangrena
La enfermedad arterial periférica es una afección causada por aterosclerosis, que afecta las arterias de las extremidades y que conduce a una disminución del suministro de sangre. Esto puede comenzar como dolor en las piernas al caminar y puede continuar hasta que haya bloqueo de los vasos sanguíneos, isquemia, dolor en reposo, ulceración y gangrena. Si el tejido necrótico está seco e intacto sirve como un vendaje biológico y no se debe retirar. Si el área necrótica está húmeda y drenando, entonces, dependiendo del flujo sanguíneo, se debe considerar la intervención quirúrgica que va desde el desbridamiento quirúrgico, hasta la amputación.
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Dermatitis alrededor de la herida
La dermatitis alrededor de la herida asociada a la humedad causa daño a la piel. La afectación cutánea que rodea la herida se describe como una piel blanca o pálida que está arrugada. Esto se conoce como maceración y es causada por la sobrehidratación de la epidermis. La maceración afecta la piel en el área circundante, pero no la herida misma. La piel no está lesionada, pero puede ser propensa a problemas de presión y fricción, lo que también puede evitar que la herida cierre. La cantidad y calidad del exudado desempeñan un papel importante en la maceración. El exudado crónico de la herida no solo es líquido, sino que contiene muchas sustancias que pueden ser particularmente dañinas para la piel.
Otra complicación que afecta la cicatrización de la herida es el edema circundante. El edema puede retrasar la curación, detenerla o incluso causar heridas. Además, puede provocar rigidez y dolor, problemas de movilidad, riesgo de infección, disminución del flujo sanguíneo y la elasticidad de los vasos sanguíneos, y causar úlceras en la piel afectada. En una situación donde la presión es el problema principal, el edema puede causar la compresión de los vasos pequeños. Esto disminuye aún más el flujo sanguíneo y acelera el desarrollo de úlceras por presión u otra lesión.
Dehiscencia
Muchas veces las enfermedades u otras condiciones del paciente, combinadas con factores quirúrgicos, hacen que el manejo de las heridas sea un desafío. Esto debido al alto riesgo de complicaciones. La dehiscencia de la herida es la separación de las capas de una herida quirúrgica. Las capas superficiales se separan o toda la herida se abre. Esta es una condición grave y requiere atención médica inmediata. La dehiscencia de la herida varía según el tipo de cirugía que se haya realizado. Algunas de las causas de dehiscencia son las siguientes:
Infección de la herida- Presión sobre suturas
- Suturas demasiado apretadas
- Lesión en el área de la herida
- Tejido o músculo débil en el área de la herida
- Técnica de sutura incorrecta
- Técnica de cierre incorrecta
- Uso prolongado o altas dosis de corticosteroides
- Deficiencia grave de vitamina C (escorbuto)
Las personas con deficiencias inmunológicas, como los diabéticos o los ancianos, corren el riesgo de tener complicaciones de heridas. Esto se debe a que su organismo no puede combatir fácilmente las infecciones.
El cuidado adecuado de la herida es fundamental. Una herida requiere un ambiente húmedo (no mojado) para el correcto funcionamiento de las células responsables de la cicatrización. Se recomienda cambiar los apósitos con la frecuencia correcta, de acuerdo a la valoración de la herida. Debe tomarse precauciones como lavarse las manos antes de hacer la curación, así como usar equipo estéril.
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